17 Mar 2007
En mi vida profesional he tenido que trabajar, en distintos momentos, con dos personas tan pasadas de lanza egocéntricas, ventajistas y problemáticas que he querido salir corriendo de mi lugar de trabajo atravesando la pared. (1)
Por supuesto la mayor parte del tiempo he tenido la fortuna de haber compartido el trabajo con personas especialísimas y a las que estimo mucho, como muchos amigos que recuerdo con cariño y agradecimiento por haber hecho de la oficina un lugar gratificante, divertido y al que cada día regresé con gusto (bueno, eso no es cierto pero si me gustaba ir).
Afortunadamente estoy saliendo de la segunda mala experiencia laboral y empezando de nuevo: una segunda etapa de mi vida independiente, en la que cada día tengo más trabajo y menos sueldo pero que por alguna razón me llena de orgullo y entusiasmo.
Ahora solo pido:
1. Reconocer a tiempo señales de locura propia y ajena.
2. Que me valgan más algunas cosas y menos, otras.
3. Que sepa administrar bien mis recursos para ser millonaria en un futuro muy cercano.
4. Que todos reconozcan mi talento e inteligencia y me rindan tributo por todo el mundo...
Nota de 2022:
(1) No fue sino hasta doce años después, tras años de recorrer la montaña rusa del abuso narcisista, con socios de negocio y un socio de vida, que felizmente logré desconectarme del último narci de mi vida.