Me he estado soñando como una niña o adolescente, viviendo situaciones propias de esas edades como jugar, pasear o ir a la escuela.
Esto nunca me había pasado. Casi siempre me sueño de la edad que tengo, en situaciones propias de la edad que tenga. Sueños bastante realistas en las que tengo que encontrar a mis hijos, salir de un espacio laberíntico o tomar decisiones de mi empresa. Hasta sueño con código y números en un Excel cuando he tenido dias de mucho análisis, pero nunca me había soñado a mi misma de otra edad.
Creo que los sueños son un espacio de reordenamiento mental y emocional.
Anoche soñé que me probaba muchos anillos de plástico gigantes y que elegía los que quería. Luego estaba fascinada en una clase de ciencias en la que el maestro sacó un pequeño monstruo marino baboso que comía todo tipo de material orgánico, para hacer un experimento. Me desperté en el momento en que el animal empezó a sacar luz por la boca después de pasearse por todo el salón llenando todo de baba.
Me parece muy simbólico estar reviviendo en mis sueños la edad que tienen mis dos hijos ahora, aunque con algunos sobresaltos como animales que asustan o estar sola con mi hermana y un mapa, en Disney.
En la realidad, ahora me encuentro en un lugar seguro, libre de agresores, compartiendo con personas que me quieren y me respetan, acompañando a mis hijos en esta edad de tantos encuentros y desencuentros. Vivo cada día los temores de dejarlos ir hacia su independencia y la felicidad de acompañarlos en su exploración del mundo exterior.
No es fácil pero tampoco es abrumador porque somos libres y estamos en un espacio protegido.
Ahora todo se siente como tener 13 años y estar en Disney con un mapa.