Acaricio tu piel con la punta de mi nariz.
A una galaxia de distancia, tu aroma me habla del bosque secreto que habita tu alma. 

Un día estuve en tu sueño, como una figura fantasmal, susurrando: “Despierta mi amor. Estás gritando.”

Quiero entrar a tí y quedarme un siglo. Curar tus arterias con el vacío de mi pecho, establecer una conexión secreta hacia tu aurícula y tragarnos la llave juntos.

Quiero gritar contigo, en un sueño. Exorcizar toda la basura y bailar desnudos en el humo negro de nuestras bocas.

Y bañarnos juntos y reírnos un chingo y olvidar todo y enjuagar y repetir, para siempre jamás.